Los grupos de oración católicos son de gran importancia, ya que proporcionan un espacio comunitario donde los fieles pueden profundizar su relación con Cristo y su Iglesia.

​A través de la luz de la Palabra de Dios y de la oración que brota de ella por la acción del Espíritu Santo, los participantes se fortalecen espiritualmente, encontrando consuelo, guía y renovación en su fe.

Estos grupos fomentan la unidad y el apoyo mutuo entre sus miembros, creando una comunidad de amor y fe que refleja el cuerpo de Cristo. Además, al compartir y meditar juntos en la Escritura, los fieles se enriquecen con diversas perspectivas y experiencias, lo que fortalece su compromiso y testimonio cristiano en la vida diaria.

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